"Yo no soy un caballero con brillante armadura. Si alguien como yo tuviese cabida dentro del romanticismo, sería más bien el caballero oscuro, el antihéroe que va a someterte, a exigir de ti hasta el último ápice de placer y entrega que puedas proporcionarme. Querré encerrarte en mi guarida sólo para mí y una vez dentro, te enseñaré a satisfacer todos mis deseos, todas mis perversiones... Y espero que me lo agradezcas como es debido, con una sonrisa dulce y siendo complaciente."


Edward Cullen. Rendición.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Epílogo.

Ni Esme ni yo hubiésemos podido estar allí de esa forma si Edward no se hubiese ocupado de liberarnos de la terrible amenaza de Aro y sus violentos Vulturi.

Suspiré y me quedé observando cómo la luz de la luna arrancaba destellos plateados al diamante de mi anillo de pedida, mientras me esforzaba en evocar amables recuerdos que acallasen el rugido sordo del miedo. Todavía lo sentía en mi pecho cada vez que algún recuerdo de aquel día, en que Aro estuvo a punto de arrebatarme a mi hombre, me asaltaba por sorpresa. Sensación que aumentaba con la circunstancia añadida de viajar de noche en un coche sin Edward a mi lado. No podía evitarlo, aquella pesadilla que Félix me hizo vivir me había marcado profundamente.

lunes, 18 de marzo de 2013

Cicatrices.

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El cuento de la Hidra y la Princesa rota.

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lunes, 31 de diciembre de 2012

Cap. 63 La muñeca rusa. Segunda parte.

 Pero no todas eran buenas noticias a pesar del esfuerzo y los sacrificios. En ese momento el reloj marcaba las doce y diez de la noche y Edward rugía por teléfono mientras paseaba tratando de desnudarse al mismo tiempo. Yo no apartaba mis ojos de sus idas y venidas, procurando entender su conversación y que su camisa abierta no me distrajese. Lo esperaba desnuda bajo las sábanas, impaciente por tenerlo a mi lado y porque me contase qué estaba pasando.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Cap. 62 La muñeca rusa. Primera parte.

-¿Dónde estáis? – Preguntó M cortante.

-Tiempo estimado de llegada: un minuto.  – Conseguí reunir algo de aplomo y me obligué a permanecer lúcida. Necesitaría mantener la calma, al menos, hasta que Edward regresase. Porque iba a regresar. No había otra opción.

-Posible situación con heridos y rehenes. Valoración inmediata y prioritaria. Mantened la comunicación abierta, enviaremos paramédicos a vuestra confirmación.

-Roger that.* (Recibido)

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Adelanto Cap. 62


-¿Dónde estáis? – Preguntó M cortante.

-Tiempo estimado de llegada: un minuto.  – Conseguí reunir algo de aplomo y me obligué a permanecer lúcida. Necesitaría mantener la calma, al menos, hasta que Edward regresase. Porque iba a regresar. No había otra opción.

-Posible situación con heridos y rehenes. Valoración inmediata y prioritaria. Mantened la comunicación abierta, enviaremos paramédicos a vuestra confirmación.

-Roger that.* (Recibido)

Las órdenes directas y cortantes de M no me ofrecieron tranquilidad, como tampoco lo hizo la respuesta en jerga militar. “Heridos y rehenes…” Hasta me pareció una buena opción, cualquier cosa excepto cadáveres.

viernes, 19 de octubre de 2012

Cap. 61 La senda de lo inesperado.

Todavía sentía una inquietante sensación de vértigo ante el hecho de sentirme tan feliz. Adoraba mi vida junto a Edward; durante el día trabajaba en mi antiguo puesto a pesar del anillo que lucía en mi dedo, desarrollando varios proyectos a la vez, inmersa en la tensión y el desafío que representaba cada trabajo, pero por las noches, o en cada ocasión que teníamos para nosotros, sus ojos se bebían cada uno de mis