Pero no todas eran buenas
noticias a pesar del esfuerzo y los sacrificios. En ese momento el reloj
marcaba las doce y diez de la noche y Edward rugía por teléfono mientras
paseaba tratando de desnudarse al mismo tiempo. Yo no apartaba mis ojos de sus
idas y venidas, procurando entender su conversación y que su camisa abierta no
me distrajese. Lo esperaba desnuda bajo las sábanas, impaciente por tenerlo a
mi lado y porque me contase qué estaba pasando.
Sabía qué sucedería si la
investigación policial fallaba y no quería ni pensar en ello. Como tampoco
quería pensar, aunque fuese una tarea inútil, si el sufrimiento que le produjo
mi desaparición tenía similitudes con el que experimentaba en estos días.
Sacudí la cabeza y volví a
concentrarme en él y en qué podía estar sucediendo para tenerlo así de enfadado.
La investigación policial era a lo que yo me aferraba, y estaba dando buenos
resultados, aunque no tantos como esperaba. Si todo fallaba al final, entonces Edward…
Un súbito escalofrío me recorrió la espalda y ajusté las sábanas en torno a mi
cuerpo. No lo pienses ahora, ya cruzarás
ese puente cuando llegues a él, si es que llegas.
Edward pulsó una tecla y tiró con
desprecio el móvil sobre la mesa a su lado de la cama. Terminó de quitarse la
camisa de esa forma en la que los hombres cabreados lo hacen, y reparó en el
interrogante en mi mirada antes de ir de nuevo hacia el vestidor.
-La justicia es desesperantemente
lenta y torpe. – Escupió las palabras amortiguadas por la distancia como si
fuesen veneno. – Le han perdido la pista a Aro, están seguros de que ha salido
del país y puede estar en cualquier rincón del mundo. – Oh, no… Fue como si
algo estallase en mi estómago. Eso era lo peor que nos podía suceder, que
lograse escapar el muy mal nacido, y a pesar de estar herido. ¿Cómo lo
conseguía? – Así que primero deben localizarlo, después emitir una orden
internacional de extradición y finalmente, sentarse a esperar pacientemente a
que al país de destino le parezca oportuno
ejecutar esa orden. Mientras todo eso sucede, ya estará en otro país, eso
suponiendo que no se refugie desde el principio en algún agujero que no tenga
acuerdos de extradición con Estados Unidos, que sería lo más lógico.
-¿Entonces le han perdido el rastro
definitivamente? – La angustia de mi voz provocó que asomase la cabeza para mirarme
con el ceño fruncido y procuré recomponer mi apariencia serena mientras me
percataba de que no se desnudaba para meterse en la cama, simplemente estaba
cambiándose de ropa. Tenía unos vaqueros en la mano y un jersey. Maldita sea…
No podía seguir así, incluso el mismo Aro
dormiría en algún momento.
-Al menos hasta que haga algún
movimiento. Pero si tú pudiste encontrar quien te proporcionara una nueva
identidad, imagínate todo lo que podría hacer él. – Desvié la mirada y apreté
los dientes sintiendo de nuevo el amargo sabor de la rabia.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Quiero ir contigo. – Sus ojos se
congelaron inmediatamente.
-No. – El simple monosílabo bastó
para hacer que perdiese fuerza mi determinación y me detuve antes de poner los
pies en el suelo.
-Edward, por favor, necesito
verla. – Protesté más indignada que implorante.
-¿Tengo que tirarte los zapatos a
la cabeza para que entiendas que no quiero verte cerca de ella? – Eso es lo que
sucede cuando tus propios actos te golpean como un boomerang, que te pillan por sorpresa aunque no deberían.
-No es justo que utilices eso,
son situaciones muy diferentes y lo sabes. – No era lo mismo ir a ver a Aro en
algún lugar apartado, que a Jane que estaba en la zona de seguridad de nuestra
propia casa. Pero Edward no parecía demasiado dispuesto a ser razonable y
permanecía en actitud desafiante mirándome desde toda su altura a los pies de
la cama.
-Dame un solo motivo por el que
debería permitir que te acercases a ella. Uno solo, Isabella. – Se había puesto
una cazadora ligera y se metía el teléfono en el bolsillo dispuesto a salir por
la puerta en menos de dos segundos. Tenía que ser rápida.
-No quiero convertirme en una
nueva Emily. – Bien, aquello lo detuvo en seco y tuve el enorme placer de
comprobar que lo había pillado por sorpresa. Después se pellizcó el puente de
la nariz y masculló algo entre dientes, aquello hizo que me removiese inquieta
temiendo haber ido demasiado lejos al utilizar su trauma para conseguir que me
llevase con él a presenciar una escena que con seguridad no sería agradable.
-Después vas a contarme con todo
lujo de detalles cómo has conseguido que te lo cuente. Pero debo aclararte
algo, ella no sabe que está aquí y no hay necesidad de inquietarla. – Me
advirtió muy seriamente con la ira burbujeando en el verde grisáceo de sus ojos.
-Por supuesto que no diré nada.
Pero necesito hacerle frente o su imagen me perseguirá siempre. Quiero mirarle
a los ojos cuando sepa la verdad. He pagado el precio de esa mirada. ¿Cómo es
que un hombre como tú no entiende esa necesidad? Soy algo más que tu esposa,
algo más que tu abnegada sumisa en la cama… Soy una mujer que necesita
enfrentarla para dejar de temerla. No me niegues eso. Por favor... – Esperé sin
atreverme a moverme ni un solo centímetro, con la sábana firmemente apretada
contra mi cuerpo, mientras él resoplaba y se pellizcaba de nuevo el puente de la nariz. Cuando por fin
alzó la cara, la vena palpitante de su sien no me tranquilizó en absoluto.
-¿Quieres enfrentarla? Muy bien,
estas son mis condiciones: te quedarás a mi lado y no harás ninguna tontería a
menos que quieras que te saque a rastras de allí, ¿está claro? – Asentí sin
saber cómo sentirme al verlo avanzar hacia mí, señalándome con el dedo. – Si te
digo que salgas, o que te quedes callada, o que des una voltereta y saltes a la
pata coja, lo harás sin discutir aunque no lo entiendas. – Apoyó los puños a
mis costados en el colchón y se acercó hasta que nuestras narices casi se
tocaban. – Si sientes que es más de lo que puedes soportar saldrás
inmediatamente, no tienes nada que demostrar ante nadie, ¿entendido? Y si por
algún capricho del destino el discurso que acabas de soltarme resulta
equivocado y verla te ocasiona alguna inquietud en forma de pesadillas, miradas
perdidas, o algún tipo de metamorfosis extraña en los reflejos de los
cristales, te aseguro que no será nada comparado con la sesión de azotes que
voy a darte por querer hacerte la heroína. Esas son mis condiciones, las
aceptas o te quedas aquí.
¡Dios! Sí que resultaba
intimidante cuando se lo proponía…
-Voy a vestirme. – Fue toda mi
respuesta y él se apartó lentamente para que pudiese salir disparada hacia el
vestidor. Me puse el primer conjunto de ropa interior que vi, salté dentro de
unos vaqueros ajustados, me colé un jersey de pico negro y me calcé unos cómodos
mocasines. Todo eso a la velocidad de la luz mientras escuchaba a Edward refunfuñar por teléfono.
-Asegúrate de que está bien
inmovilizada, Isabella viene conmigo… Ya, a ti hay pocas cosas que te
sorprendan, Kate. – Sonreí disimuladamente mientras me recogía el pelo en un
moño improvisado y me ponía mi chaqueta de cuero al salir.
Me miró de arriba abajo, apretó
los labios y tomó mi mano para salir escaleras abajo y dejar la casa a grandes
zancadas en dirección al área de seguridad situada a unos cien metros al norte
de la casa. No dijo ni una sola palabra en todo el trayecto ni yo tampoco,
ocupada como estaba en procurar que el corazón no se me saliese por la boca y
en seguir el ritmo de sus zancadas. Cuando entramos en el garaje lleno de
coches negros y bajamos por un ascensor, empecé a replantearme si realmente
había sido una buena idea la de venir a ver a Jane. Pero ni loca pensaba
echarme atrás, si lo hacía siempre podría recordármelo cuando volviese a
pedirle algo. Inspiré con fuerza cuando Edward me miró para comprobar si
flaqueaba, y empujó la puerta blindada que era custodiada por aquellos dos
chicos que nos protegían en Lugano.
Entramos en una habitación grande
y blanca con taquillas metálicas en la pared opuesta a lo que me parecieron
figuras para entrenamiento de tiro. Continuamos por un pasillo sin ventanas
hasta desembocar en una amplia zona común de duchas donde la siniestra figura
de esa joven estaba esposada a una silla metálica en el centro. Parecía pequeña, no muy distinta a una joven normal
que vestía vaqueros y una parka verde militar. Evidentemente no estábamos en
una habitación pensada para hacer interrogatorios, lo que supuso un secreto
alivio para mí. M se encontraba junto a ella con cara de pocos amigos, que no
aparentaba tener ni un solo rasguño, y nos miraba con los ojos encendidos de
ira.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
A una sutil inclinación de su
cabeza, M acercó una pequeña mesa con ruedas y una caja metálica sobre ella.
Era rectangular y gris, y consiguió ponerme los pelos de punta con solo verla.
En ese momento una parte de mí comenzó a compadecer de nuevo a esa chica sin
que pudiese hacer nada por evitarlo.
-En esta caja están los restos de
tu hermano. – Comenzó a decir mi hombre al tiempo que se levantaba y se ponía
unos guantes de látex antes de abrir la caja. No hubo sorpresa en la expresión
de Jane, pero sí una soberbia incredulidad. – Han salido del mismo sitio del
que están saliendo otros que corrieron su misma suerte. – Cuando extrajo la
calavera en dos partes y la expuso ante ella de perfil, primero la vi tragar en
seco y después cómo un asomo de duda ensombrecía su férrea convicción. – Aquí
puedes ver la fractura en la mandíbula que le hice en el combate justo antes de
que muriese. – Dijo señalando la evidente fragmentación en la superficie del
hueso. A continuación señaló la sien de la calavera. – Estas fisuras en forma
de araña fueron por la contusión producida al caer contra el coche. – A esas
alturas, Jane era la viva imagen del odio, y no la culpaba, tal y como estaban
sucediendo las cosas, todo parecía indicar que Edward se estaba regodeando de
haber matado a su hermano y su propio futuro no parecía ser mucho mejor a
juzgar por su situación. Sentí la urgencia de terminar cuanto antes con todo
este desagradable asunto.
-Te mataré por esto que estás haciendo.
– Fueron palabras letales y heladas que sonaron a juramento.
-Y este agujero en la frente es
el que Aro le produjo al dispararle con aquella Glock de nueve milímetros que siempre llevaba encima. ¿La
recuerdas? – Su expresión se volvió vacía cuando Edward giró la calavera para
mostrarle el orificio en la frente que había mantenido oculto de su mirada
hasta entonces.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Jane, de ti he aprendido que la
reina de corazones se puede convertir en la reina de picas si las manos del croupier la barajan con esa intención.
Si después de esto, alguna vez vuelvo a cruzarme contigo y tratas de hacerme
daño, o a alguien a quien yo ame, no solo no detendré a mi hombre sino que le
pediré que te haga exactamente lo mismo que tú me hiciste a mí, como un favor
personal. ¿Crees que tendrás tanta suerte como yo aquel día?
Tengo que atribuirme el mérito de
ser ágil y lograr que el tirón que Edward dio de mi mano para sacarme de allí a
la velocidad del rayo, pareciese algo fluido, así como también por seguirle el
ritmo al hacer el camino de vuelta a la casa en tiempo récord hasta que
entramos cerrando la puerta tras de sí de un rotundo portazo.
Me sujetó la cara con ambas manos
y apartó con urgencia mechones de mi pelo que habían escapado de su lugar con
las prisas. El aire chisporroteaba a nuestro alrededor y el hecho de haber dado
un paso en la dirección correcta me daba una cierta sensación de triunfo.
-¿Has dicho en serio eso último?
-¿La parte de las reinas? Sí. –
Que mis manos volasen bajo su jersey buscando la suavidad de su piel fue algo
instintivo, una reacción natural ante su cercanía. Al igual que el movimiento
hacia delante de mis caderas. Estaba perdida en sus ojos y tenía la sensación
de estar flotando. Estaba harta de todo, solamente quería meterme en la cama
con él y tratar conseguir que se olvidase de sus responsabilidades en ese lugar
sagrado donde solo los dos teníamos cabida, que abandonase su pesar, su culpa, aunque
solamente fuese por unos deliciosos instantes. Necesitaba verlo satisfecho de
nuevo, que descansase, que encontrase algo de paz… Y no estaría de más que
después comiese algo y durmiese al menos seis o siete horas seguidas.
-Me refiero a… Una sola palabra
tuya, Isabella. – El equilibrio era muy delicado, estábamos bailando en el filo
de la navaja y no podíamos caer hacia el lado equivocado a pesar de la presión
y los instintos.
-No quiero tener que averiguarlo
jamás. – Respondí en un murmullo cómplice. – Pero ella no tiene por qué saberlo.
¿Se me ha notado mucho que me marcaba algo así como un farol? – Él no podía
volver a comportarse como un Vulturi, aunque en el fondo sabía que pasase lo
que pasase, Edward tendría que vérselas personalmente con Aro, ya fuese porque
lo encontraba, o porque ese animal volvía a buscarnos. Pero eso sería más
adelante suponiendo que Jane no se encargase ella misma de evitar ese
enfrentamiento, porque siendo objetiva, ella tenía casi más derechos para querer
vengarse, o al menos los mismos, que Edward.
-Apuesto a que la has convencido,
aunque estás temblando. – Con un brazo me rodeó la cintura, mientras su otra
mano soltaba la gomilla que sujetaba mi pelo. Nuestros labios estaban tan cerca
que resultaba todo un desafío a la voluntad seguir manteniendo la distancia.
-Puedo entender su dolor, pero no
me siento cómoda en su piel, prefiero la mía. Después de todo lo que hemos
vivido en los últimos días, y las vidas que he llegado a conocer, he
comprendido por qué las muñecas rusas de Call estaban tristes. No es porque
quisiesen ser madres, como asegura la leyenda, están tristes porque se pueden
meter dentro de la piel de otras, y esa es una experiencia escalofriante. No se
puede vivir dentro de la piel de otra persona y al mismo tiempo en la tuya. No
quiero ser otra, no quiero vestir más piel que la mía.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Por favor, por favor, para,
necesito... – Traté de eludir con un movimientos esquivo de la cadera, su
deliciosa tortura. Pero solamente conseguí que me soltase la mano para rodearme
la cintura con un brazo e inmovilizarme alzándose sobre mí, redoblando las penetraciones
con sus dedos. – ¡Oh, Dios…!
-¿Qué? ¡Dímelo! – Gruñó de forma
agresiva.
-Fóllame, por favor, sin más
preliminares. – Supliqué jadeante. Necesitaba sentirlo dentro, muy dentro de
mí, su peso sobre mi cuerpo, su fuerza atrapándome contra la cama. Necesitaba
aferrarme a las sensaciones demenciales que me provocaba. Celebrar con nuestros
cuerpos y nuestras almas que no me lo habían arrebatado, que todavía me
pertenecía. – Fóllame fuerte, haz que no pueda pensar en nada más. Haz que
mañana duela.
-¿Estás segura? – Asentí varias
veces, enfebrecida por el amor y el deseo.
-Completamente segura. – Sonreía
arrogante con la cabeza inclinada y la vista fija en sus dedos empapados que
continuaban entrando y saliendo de mí con agónica lentitud.
-Veré qué puedo hacer por
satisfacer ese capricho. – Noté la ausencia de sus dedos justo antes de ver
cómo su espectacular erección brotaba de sus pantalones al quitárselos,
orgullosa y amenazante como siempre. Se tumbó junto a mí en la cama y con
movimientos demandantes de sus manos me hizo colocarme dándole la espalda de
costado, me separó la pierna y la hizo pasar por encima de su cadera. Con una
mano me rodeó el cuello de tal forma que no apretaba, pero me mantenía en mi
lugar con un estallido de pasión en mi vientre, con la otra dirigió su erección
hacia mi sexo y noté cómo me penetraba despacio, abriéndose paso en mi interior
estirándome sintiendo el siempre presente pico de placentero dolor que
conllevaba albergarlo en mi interior en las primeras embestidas.
-¿Así? – Preguntó tras haberse
retirado despacio, para embestirme con fuerza, profundamente, golpeando la
parte frontal de mi vagina.
-¡Ah! ¡Sí!
-¿O así? – Giró sus caderas
estando muy dentro de mí, apretando ligeramente su mano en mi garganta,
pellizcándome un pezón con la otra. Puse los ojos en blanco y perdí todo
contacto con la realidad abrumada por la forma en que me estaba tomando.
-Mmmffff…
-¿Qué tipo de respuesta es esa?
-Incoherente. Por favor, no te
detengas, te necesito. Te deseo. – Giré la cabeza para que viese la necesidad
en mis ojos y moví los labios formando claramente las palabras “te amo” y su
semblante se dulcificó por un breve instante antes de volverse peligroso.
-Entonces creo tendré que hacerlo
según mi criterio.
Omg, no he leido el cap, pero estoy muy emocionada por saber que ya hay un nuevo cap, estaba q me mordia las uñas! rencien ayer las alcanze, muchas gracias por este tremendo regalo de fin de año! FELIZ AÑO NUEVO PARA TI TAMBIEN
ResponderEliminarHermoso e impecable como siempre.
ResponderEliminarBellas imágenes también aquí en el blog.
Ya dejé mi rr.
Brindo contigo agradeciendo al año viejo y poniendo sueños y esperanzas en el año nuevo.
Cariños,
Anto
Gracia por este regalo de fin de año me encanto el capitulo impecable como siempre lastima que este acabando esta historia que adoro con toda mi alma
ResponderEliminarAHHHH COMO ME ENCANTA, LEO Y RELEO Y AMO CADA VEZ MAS LA HISTORIA
ResponderEliminarBESOS
JUD
Muy Feliz Año Nuevo- Te deseo de todo corazón lo mejor. Gracias por este maravilloso regalo con el nuevo cap.;)
ResponderEliminarPrimero Feliz Año!!!.
ResponderEliminarMadre mía o sea que han vuelto al curro, pero Edward ni duerme ni nada porque quiere acabar como sea con Aro, cuando parece que si que se iba a meter en la cama y con Bella desnuda no, le cuenta que Aro ha dejado tirada a Jane, que está en una sala de seguridad en la casa y que le va a soltar todo lo de Alec para ver si así esta les dice donde está. Bella que le dice voy contigo, Edward que no la quería llevar con él pero al final acaba accediendo eso si con sus condiciones y como se las salte azote al canto.
El ver a Jane puff, toda resentida de la vida, pero le han dado donde más le duele que las cosas no son como ella cree y toma en toda la boca, pues espero que o que esta se cargue a Aro, o que al menos les diga donde se oculta, porque yo tengo algo muy claro y es que Edward va a terminar acabando con él está muy claro. Y Bella me encanta no se ha quedado atrás en plan como nos volvamos a cruzar y me vuelvas a amenzar te voy a hacer lo que tu me hiciste a mí, chupate esa Jane.
Eso le ha puesto como una moto a Edward que se la ha llevado a casa para acabar con ese castigo autoimpuesto de duelo que tenía y hacerlo como si no huibera un mañana, Bella que le pide follame fuerte para que mañana lo recuerde madre mía, que manera de entregarse y de todo. Pero es que él no se creía que aunque estuviese derrotado Bella iba a seguir ahí, y Bella l eha dicho que va a estar ahí siempre, eso le ha llegado mogollón. De ahí que la haga suya de esa manera que sólo él sabe.
Después del orgasmo de sus vidas, como que Edward puede descansar y Bella que dice ya era hora de que se echase a dormir y que jura por su amor que va a estar ahí.
Impresonante.
Menudo regalo para empezar el año...para mí de lo mejorcito para empezar con buen pie.
ResponderEliminarEstos dos...... quién le iba a decir al Puto Amo q cuando estuvo en la isla iba a conocer a su compañera de vida, que iba a encontrar no sólo una sumisa q él pudiese moldear a su antojo, sino una mujer íntegra y devota, firme en sus sentimiento e ideas, todo eso era justo lo q un espécimen como él necesita. Y gracias a Edward nuestra pequeña golfa ha ganado fuerza, confianza, enfrentar sus problemas...
Simplemente adoro a estos dos, su dinámica, o simplemente que Edward comparta la vida que antes dejaba al margen de ella, es maravilloso.
Te he dicho unas 238714089 veces q eres elegante escribiendo, bueno pues a parte de eso me encanta como manejas los enfrentamientos, me explico: considerando esto un fic (sabes q es una novela para mi) los clichés usados contínuamente por autoras me ponen los pelos de punta. Jane mala mala mala, Bella harta le pega una torta.....nada d eso. Aquí juegas con la moralidad de cada individuo, dar opciones distintas a las esperadas aplicando la ética para no convertirte en eso q odias.
Preveo un final épico al enontrar a Aro...no puedo esperar.
.......sigo fascinada como nuestro hombre ha cambiado......no digo q sea menos dominante, pues eso está en su naturaleza, me refiero simplemente a dejarla entrar de verdad en su vida y hacer q forme parte de ella incondicionalmente.....de verdad es maravilloso.
El sexo perfecto.....ya te dije lo q me hiciste con esa escena.
Feliz 2013 preciosa!!!!
Besitos desde Canarias....
Hola por aqui.
ResponderEliminarComo ya te dije por FF bravo por esa Bella que cada vez se hace mas fuerte y mas digna de ser la compañera del Puto Amo en todos los aspectos de su vida. Me gusta como se ha enfrentado a Jane y ha superado sus miedos dejandole claro que no son iguales, me encanta como le ha contestado a sus puyas y me encanta esa amenaza final. Y al Puto Amo tambien le ha gustado hasta el punto de entender que ya no está solo, que tiene alguien a su lado de modo incondicional sin importar su estatus o su dinero. Lo cierto es que el capitulo ha sido intenso desde el principio al final pero me han encantado todas las cosas que Edwrd le ha dicho al inicio de esa escena maravillosa de sexo que han tenido.
Ya te dije mi teoría de que pienso que Jane se va a lanzar en picado a por Aro sin medir las consecuencias y sin pensar en nada mas y esto le va a costar la vida pero creo que antes le dirá a Edward donde se haya saldando así la deuda que ha contraído con él por devolverle a su hermano.
Edward quiere una vida normal al lado de su esposa, salir a cenar, no tener que andar ocultandose, no estar en un sin vivir cuando no esta con ella, hijos...y eso solo lo conseguirá matando a Aro...creo que ese final es inevitable.
Besos por aqui. Y Feliz Año
Me encanta la evolución de los personajes, porque no es como si en la medida en la que Bella creciera Edward decreciera, sino que ambos se fortalecen a la par. Para mí, unos de los mejores capítulos.
ResponderEliminarGénesis
Solo comentarte que por más rr que pongo en Fanfiction no los toma en cuenta.
ResponderEliminarEs una pena que un gran trabajo como el tuyo no se vea reflejado por rr, por un fallo de la pag.
Saludos Carlota
Bueno!!! ya me canse y te paso mi opinión aqui.
ResponderEliminarDecirte que soy una fanatica de Bella en tu historía me encanta, y se podría escribir un capitulo con sus frases y pensamientos es especial .Siempre comento lo mismo me gusta, me encanta.....pero no puedo añadir mucho más por que la historía por si sola es completa y MAGNIFICA.
Saludos. carlota
Simplemente una historia PERFECTA.
ResponderEliminarFelicidades.
Saludos. Fabiola
simplemente extraordinario como siempre espero el proximo con impaciencia
ResponderEliminarYa comenté en ff de manera mas extensa(v.cullen), paso para decir que el capi me encantó. Jane puede ser una buena aliada, al Edward abrirle los ojos y contarle la verdad sobre Alec y Aro. Creo que habrá una batalla entre los dos por ver quien se carga a Aro xDD
ResponderEliminarMe alegra mucho que Edward y Bella vuelvan a tener un momento para ellos, que hayan echado otro de sus polvazos de infarto y que él, por fin, duerma un poco mas que solo un par de horas seguidas.
Esperando con ansias el proximo capi, como siempre, pero tu a tu ritmo, que nosotr@s (por si hay algun chico por aki :) )esperaremos lo que haga falta.
Un besote!!
Vero
POR FAVOR POR FAVOR ACTUALIZA ES CRUEL HACERNOS ESPERAR TANNNNNNNTO
ResponderEliminarSi por favor actualiza!!!
ResponderEliminarYo quiero un bebe ¿es mucho pedir?
ResponderEliminar¿Ya merito viene el siguiente capi?
¿Ya merito ya merito?
De esta me dare de cabezazos con la pared de tanto esperar.
ResponderEliminarNo te damos pena...................
espero que el nuevo capitulo venga pronto nos tienes al borde de un colapso
ResponderEliminarHolaaa,
ResponderEliminarPaso para saludar, para ver si hay alguna novedad en el blog, y claro, para pedir capi nuevo.
Extraño Rendición.
Besos,
Anto
HOLA PORFAVOOOOOOR TODOS LOS DIAS REVISO SOY UNA ACOSADORA YA QUIERO CAP NUEVO OJALA Y ESTES BIEN Y PRONTO ACTUALICES UN BESO
ResponderEliminarpuff estoy de nerviosa como los presonajes,me estoy subiendo por las paredes, por favor..........para cuando mas????????
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