-Así que has comprado regalos…
Interesante... No deberías haberte preocupado, el personal suele recibir una
asignación en metálico como regalo, pero estoy seguro de que apreciarán tu
generosidad con ellos, aunque vas a sentar precedente. – Y en lugar de
presionarme, se limitó a tomar su copa de champagne
e inclinar la cabeza hacia un lado, alarmantemente seductor. Ese canalla sabía
que me traía algo más entre manos, y no parecía dispuesto a facilitarme el
camino.
Aclaré mi garganta y me enderecé
en la silla. Ahí vamos, ¡sin miedo!
-También tengo algo para ti. – Estaba
realmente nerviosa mientras lo observaba. Sus ojos se dispararon hacia mí
durante una eternidad y sin quitármelos de encima, tomó la servilleta de la
mesa y se limpió antes de volver a dejarla y resoplar mirándome como solo él
podía hacerlo.
-A pesar de que insististe en que
no querías regalos… ¿Te parece eso justo? – Apreté los dientes y preparé mi
defensa.
-Es que… eres desmedido con tus
regalos, me abrumas con ellos y no mentía cuando te aseguré que no necesitaba
nada más. Además, es una tontería, nada especial. Ni siquiera sé si te gustará
o no. – Joder… tenía que evitar justificarme de esa forma, cuanto más lo hacía,
más reconocía implícitamente que yo misma había faltado a mi petición de la
noche anterior.
-¿Vas a dármelo ahora? – Ni siquiera
pensé en prolongar el momento de tan nerviosa que estaba por su posible
reacción. Me levanté inmediatamente y tomé mi teléfono de la repisa de la
chimenea donde lo había dejado al empezar a decorar el árbol, para buscar el
mensaje de confirmación.
-Aquí tienes. – Alzó una ceja
curiosa cuando le tendí mi móvil.
-¿Un código? Vaya… esto sí que me
ha intrigado. ¿Para qué es?
-Es… es una experiencia de una
empresa de aventuras. – En esa ocasión alzó las dos cejas a la vez. El patrón
de conducta era sencillo en esta ocasión: una ceja, curiosidad; dos cejas,
asombro.
-¿Y en qué consiste esa…
“experiencia”?
-Puedes hacerla cuando quieras, o
te venga bien, no es algo inmediato. Lo digo por si necesitas tiempo para
reunir valor. – Lo que empezó como una casi disculpa, terminó siendo una
provocación en toda regla sin que mediase ningún tipo de transición.
-No me desafíes Isabella… Eso
nunca te ha dado buen resultado. – Quizás fuese el champagne, o nuestro reciente reencuentro, o el ambiente navideño,
o que estábamos a punto de contraer matrimonio en algunas horas… Pero Edward
estaba encantador y relajado, al menos, no había ni rastro del Luchador en su
mirada.
-Está bien. Se trata de Zorbing. Básicamente consiste en meterse
dentro de una burbuja de plástico transparente a la que te sujetan con arneses,
sobre la que no tienes ningún tipo de control, y te lanzan ladera abajo por una
colina.
El único gesto que hizo fue
apretar con fuerza la mandíbula, pero no pudo controlar el fogonazo que
atravesó sus ojos glaucos, como si alguien le hubiese soltado un azote en el
culo. Tomó su copa después de lo que pareció un siglo, y dio un sorbo, bastante
largo, por cierto, mientras que yo contenía el aliento.
-Lo haces a propósito, ¿verdad?
Te gusta poner a prueba mi autocontrol, llevarme al límite. – Suspiré aliviada,
juraría que se lo había tomado como un reto, más que como un desafío de esos
que desplegaban toda la paleta de los Pantone* rosa. Eso era bueno para mí.
-Dicen que es muy buena para
liberar estrés. – Yo podría sentirme aliviada, pero mi voz no terminaba de
fiarse, y se mostró poco firme.
-De ninguna manera voy a rechazar
un regalo tuyo, ya conoces mi política. Esa “experiencia” va a ser interesante.
– Estaba comenzando a sonreír, cuando... – Bien, ahora es tu turno.
-¡Oh, no...!
-Oh, sí. – Abrió su chaqueta con
movimientos pausados, como quién busca su documentación ante un policía de
gatillo fácil, y esa cautela en sus movimientos y sus ojos, me puso aún más
nerviosa de lo que ya estaba. Yo sabía de primera mano que sus chaquetas podían
llegar a ser como la chistera de un mago,
de ellas podía salir cualquier cosa.
-Esto es para ti. – Me ofreció
varios pliegos de grueso papel cuidadosamente doblados y atados por un lazo de
terciopelo turquesa.
-¿Qué es? – Los tomé con manos
temblorosas y sin una sola teoría en la cabeza sobre lo que contenían esos
documentos.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Ahora, levanta este precioso culo,
tengo una despedida de soltero esperándome. – Mi sonrisa se desvaneció al
instante.
-¿Despedida de soltero…? ¿Y la
seguridad? ¿No se supone que tenemos que pasar desapercibidos? ¿Ser discretos y
todo eso? ¿Vas a ir a uno de esos locales con… mujeres? ¿Y con quién vas a ir?
¿Con Call? – Si algún extranjero tuviese que interpretar el significado de mis
palabras por su entonación, apostaría a que “mujeres” y “seguridad” entrarían
en la categoría de insultos de esos que involucraban madres y familiares
fallecidos.
-Tengo planeada una fiesta muy privada. Con una sola mujer. Y desde
luego, Call no está invitado. – Me exasperaba. Y lo hizo mucho más cuando miró ostensiblemente
su reloj, a pesar de que seguía sujetándome firmemente por la cintura. – Voy a
darte una ventaja de veinte segundos para salir disparada al dormitorio, de lo
contrario, te tomaré aquí mismo. O donde consiga atraparte. – La sensación que
los potenciales celos y la rabia estaba prendiendo en mi pecho descendió de
golpe para alojarse en mi vientre y transformarse en otro fuego muy diferente.
-¿Vas… a cazarme? – Empecé a
respirar de forma entrecortada. Toda mi piel parecía vibrar.
-Quince… Es el sueño de todo
depredador: dar caza a una jugosa presa, y llevarla a su guarida para devorarla
después de jugar un poco con ella. Cada segundo que pasa me siento más
depravado y tú estás perdiendo el tiempo, deberías correr. Diez segundos…
No necesité nada más. Salté como
una tostada disparada de su regazo, corriendo sobre los tacones con una
sensación explosiva en el pecho. Quería ser la presa. Quería ser cazada por él.
Y quería jugar a ponerle las cosas algo difíciles.
Ni siquiera lo escuché
aproximarse. El eco de mis pisadas, mi respiración entrecortada y la salvaje
cabalgada de mi corazón tenían colapsada toda mi capacidad auditiva.
Pero sentí con total nitidez sus
brazos cerrándose con fuerza en torno a mi cuerpo desde atrás.
Un grito ahogado reverberó en el
enorme espacio acristalado sobre nuestras cabezas al mismo tiempo que un rugido
victorioso me acariciaba la piel del cuello.
Mis pies perdieron todo contacto
con el suelo del corredor de la planta alta. Edward empujó con el hombro una
puerta doble, cuyas hojas cedieron con un estruendo, y me encontré en una
habitación dorada con pájaros en la pared y una enorme cama vestida de blanco
en el centro.
Mi corazón latía desbocado y la
humedad entre mis muslos fue algo salvaje cuando en el forcejeo Edward abarcó
posesivamente mi sexo aprovechando la abertura del vestido. Solté un gemido
gutural cuando la excitación del momento se hizo abrumadora. Dios… Adoraba esa
sensación. Era una criatura llena de deseo, completamente entregada a sus
habilidades a pesar del delicioso punto perverso de resistencia que seguía
manteniendo, que solamente provocaba más jadeos entrecortados y respiraciones
pesadas.
-Ya eres mía. Mía.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Nudillos nerviosos golpearon la
puerta y mi corazón se disparó entes de girarme para responder. Pero no hizo
falta, ni me dio tiempo, porque Alice ya había hecho su aparición estelar con
una brillante sonrisa y se dirigía hacia mí como un misil teledirigido.
-¡Oh, Dios! ¡Eres tú! De verdad
eres tú... Pensé que no te vería hasta unos instantes antes de la ceremonia. –
Y nos abrazamos con fuerza. Su olor era el mismo, su cuerpo menudo tan parecido
al mío… Me di cuenta que en ese momento una parte de mi vida había vuelto, que
la había extrañado muchísimo y que este reencuentro tan necesario para mí estaba
orquestado por ese hombre que no paraba de maquinar ni un solo instante, que
por este motivo se había escudado en la tradición y la mala suerte para
ofrecerme el día entero con mi amiga, con mi hermana, como otro regalo más,
como otra forma de demostrarme todo su amor y su determinación de cuidar de mí.
No podía amarlo más de lo que ya lo hacía.
-¡Hola! Hola, hola, hola… Joder…
Bella… ¡Cómo te he echado de menos!
-Y yo a ti. Todo este tiempo ha
sido… – Alice de alguna forma se deshizo de mi abrazo y me tomó la cara entre
sus manos para mirarme. Me sonrió de esa forma dulce en que solía hacerlo
cuando solo estábamos ella y yo tratando de llegar a fin de mes y sacar los
exámenes adelante.
-Shhh… no hablemos de eso ahora,
no este día, todo ha salido bien y eso es lo único importante. Mírate… vas a
casarte con el hombre de tu vida.
-Eso parece. Ni siquiera me lo
creo. – Como tampoco me creía que ambas estuviésemos logrando contener las
lágrimas que asomaban a nuestros ojos. Pero ninguna de las dos parecía
dispuesta a llorar un día como hoy.
-Creo que este anillo se encarga
de asegurártelo sin ningún problema. ¡Menuda piedra! Pero no perdamos tiempo, ¿y
el vestido? – Miró mi anillo, que rivalizaba con el suyo, miró la habitación
buscando su objetivo y me miró de nuevo exigiendo respuestas. Solté una
carcajada y la tomé de la mano.
-Ven, voy a enseñártelo. No es de
ningún súper diseñador, esas cosas necesitan tiempo y bueno, eso es justo lo
que no tenemos. Pero es una maravilla, lo ha diseñado una joven francesa casi
desconocida que apenas está empezando. Tiene un pequeño taller en su casa y
trabaja junto a su madre, todo está hecho a mano, con paciencia y cariño. Como
debe ser. – La llevé hasta el vestidor y abrí el armario en el que lo guardaba.
No me preocupaba que Edward lo descubriese, estaba completamente segura de que
si llegaba a abrir la puerta y viese su funda blanca, su estricto sentido del
deber lo obligaría a volver a cerrarla sin echarle un solo vistazo al interior.
Lo descubrí y contuve el aliento esperando el veredicto de mi amiga.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Y sin ser realmente consciente de
cómo había sucedido, me encontré que todas estábamos ya vestidas y preparadas
para mi enlace. Había repartido los pañuelos de Hermés que había comprado como regalo para ellas, que se movían
nerviosas en sus vestidos de fiesta, perfectamente peinadas y maquilladas. Yo había
cumplido con el ritual, llevaba algo nuevo: el maravilloso vestido de novia de
tul, ligero como una nube, con un escote palabra de honor que bajaba en la
espalda dejándola al descubierto, la falda hasta el suelo constaba de varias
capas: unas plisadas, otras fruncidas y la superior tenía un delicado bordado
de diminutas flores que ascendía hasta el escote; llevaba algo azul en los
detalles de los zapatos de novia, doce centímetros de tacón de seda blanca que
se ajustaban como un guante a mis pies; algo usado: los pequeños pendientes de
diamantes que me regaló mi madre. Y cuando llegó el momento de algo prestado,
nos miramos con angustia unas a otras buscando rápidamente cualquier cosa
apropiada, hasta que Esme dio un paso al frente y con una sonrisa se desprendió
de la camelia blanca de Chanel que
llevaba adornando la solapa de su abrigo y me la puso en el pelo, en el lado
derecho bajo el moño alto que llevaba.
-Esta camelia fue un regalo de mi
padre a mi madre cuando celebraron su bodas de oro, cincuenta años de feliz
matrimonio. Para mí sería un orgullo que mi nueva hija la llevase el día de su
boda. Pero la quiero de vuelta, jovencita.
Esme y yo teníamos los ojos
llenos de lágrimas, mi madre no, porque para eso se las enjugaba en el pañuelo
con el que procuraba no estropear el maquillaje, Alice grababa el momento como
si fuese un reportero de guerra, pero su respiración era entrecortada, y Rose…
bueno, ella se bebió la copa que tenía en la mano de un trago y fue por más, para
ella misma y para nosotras.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¿Lista?
-Eso espero… – Inspiré
profundamente y mi padre me cubrió la cara con el velo. – Papá sujétame fuerte
porque creo que voy a desmayarme.
-Me parece bien, pero te aconsejo
que esperes a bajar las escaleras. Soy un hombre fuerte, pero yo también estoy
temblando. Bueno, temblando no, eso otro que hacemos los hombres que es
parecido a temblar, pero sin serlo.
-Por supuesto. ¿Te refieres a
acojonado?
-Acojonado, eso es. Más que en mi
propia boda.
Me sujeté con fuerza a su brazo y
comenzamos a bajar aquellas majestuosas escaleras. No sabía a dónde me dirigía,
pero mi padre no parecía tener problemas a la hora de seguir la alfombra banca
que nos llevaba hacia un lateral de la casa. Había arreglos florales sobre
elegantes pedestalesa intervalos regulares a ambos lados de la alfombra. Todo
gritaba ¡Boda! Mientras a mí me mataban los nervios, no sabía si tenía ganas de
reír, o llorar, o de correr hacia donde quiera que Edward me esperase y
terminar con la ceremonia cuanto antes.
El hecho de que mi padre fuese
todo el tiempo sugiriendo posibles escapatorias, por las que siempre aparecía
uno de esos chicos enormes de seguridad, no contribuía precisamente a mejorar
la situación, y llegó un momento en el que tuve ganas de gritar.
Hasta que atravesamos la puerta
que supuestamente daba al jardín, en vez de una extensión nevada a la luz del
crepúsculo, lo que apareció ante mis ojos fue un pasillo acristalado cubierto
por la alfombra blanca y miles de diminutas luces, el interior era cálido y
luminoso. Avanzamos y pude ver que el lugar elegido para nuestro enlace sería
una estructura de cristal parecida a un invernadero, pero mucho mayor y
elegante, como un jardín de invierno del siglo XIX que ni siquiera sabía que
estuviese ahí.
Me aferré con más fuerza al brazo
de mi padre. No para evitar caerme, sino para mantener la compostura y
continuar con nuestros pasos cadenciosos, en vez de agacharme a sujetar el bajo
del vestido y salir corriendo hasta donde me esperaba mi hombre. Me quedé sin
aliento cuando por fin giramos y enfrenté la imagen ante mí: el paisaje nevado
que nos rodeaba solamente contribuía a magnificar la escena que se desplegaba
ante mis ojos, Edward inspiró y enderezó la espalda cuando las primeras notas
de un cuarteto de cuerda se elevaron por la estructura de hierro y cristal que
envolvía el ambiente blanco y dorado donde todos mis seres queridos habían
viajado para ser testigos de nuestra felicidad.
Avanzamos despacio por el pasillo
nupcial al ritmo solemne y alegre de lo que reconocí como el Rondeau de la Suite de Abdelazer de Henry
Purcell, como en una ensoñación, como en una especie de cuento de hadas envueltos
en una burbuja de cristal que nos protegía del exterior. Y yo solo podía ver a
Edward vestido con un impresionante smoking
de ceremonia, una pajarita blanca y una expresión de mal disimulado orgullo y
admiración en sus hermosos ojos. Juraría que también estaba nervioso.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Seattle nos recibió con una
lluvia fina que empapaba a la nube de fotógrafos que nos esperaba ante la verja
de la urbanización privada. La policía había puesto orden acordonando los
laterales y dejando el paso libre, pero cuando la comitiva de cuatro coches
negros que nos llevaba a todos se hizo visible, la locura de flases y gritos
con nuestros nombres se desató.
Si hubiese habido un lugar donde
esconderme en ese coche, sin duda ya lo habría hecho a pesar de que Edward me
había advertido sobre lo que nos esperaba. Todo ese alboroto por nuestra boda
no hizo nada por solucionar el problema que estaba teniendo con mis nervios,
situación que a él no parecía afectarle en lo más mínimo, ya que me sonrió como
si nada estuviese pasando, tranquilizándome al hacerlo, tanto que imité su
gesto, entonces acercó la mano que me tenía fuertemente agarrada a sus labios
para besarla, mostrándole así una imagen inmejorable a los fotógrafos donde se
nos veía sonrientes con nuestros flamantes anillos bien visibles, a través del
cristal del parabrisas que no estaba tintado. Se volvieron locos en ese
momento. Yo me limité a ensanchar mi sonrisa al ser consciente de su habilidad
para manejar a la prensa.
Cuando la imponente y moderna
edificación que era la Guarida apareció ante mis ojos, estos se llenaron de
lágrimas de emoción.
-Bienvenida a casa, Isabella. –
Me lancé a besarlo y entre sus brazos disfruté de ese momento. Por fin estaba
de regreso a casa, con Edward a mi lado y felizmente recién casada. No podía
concebir mayor felicidad.
-Señora Cullen… ¿Qué hay de las
tradiciones? – Lo miré confundida acercarse por detrás del coche y sin previo
aviso me tomó en brazos y giró mientras me besaba. Podía sentir su sonrisa
contra mis labios mientras atravesábamos la puerta de nuestra casa.
Toda la comitiva de maletas pasó
rápidamente, la gente de la casa se dirigió con discreción a sus tareas y
desaparecieron dejándonos a solas. Yo giraba sobre mis pies con la emoción a
flor de piel reencontrándome con los olores familiares, los espacios abiertos,
las vistas del jardín que se colaban en el interior exigiendo protagonismo…
¡Estábamos de regreso! Edward se mostraba feliz y salté a abrazarlo, a besarlo
colgada de su cuello y él me correspondió con su corazón latiendo fuerte contra
mi pecho, el mío revoloteaba como una pájaro al que acabasen de liberar y todo
lo que me rodeaba era él de nuevo.
Hasta que Edward rompió el beso y
se volvió frío. Seguí su mirada y vi a M sosteniendo un pequeño paquete
cuadrado entre sus manos con la cara surcada por la preocupación.
-¿Qué es? – Con el tono gélido de
la voz de Edward se podría haber construido un iglú.
-Un mensajero ha traído esta
misma mañana un regalo para la señora Cullen. Ha pasado todos los controles, no
es peligroso y no contiene ningún tipo de dispositivo electrónico, aún así
habría que revisarlo más a fondo.
-¿Un regalo para mí? Qué extraño…
¿Puedo abrirlo?
-Mejor lo hago yo mismo. – Edward
rompió la cinta que sellaba el paquete y de él sacó un estuche de joyería
lacado en negro, cuando lo abrió palideció y apretó los dientes con fuerza. Al
acercarme para ver qué era, toda la sangre abandonó mi cabeza y sentí un súbito
acceso de frío. En una pequeña nota Aro enviaba sus saludos y un regalo para la
nueva señora Cullen: un anillo en el que había engastado una calavera de jade
coronada como una reina con pequeños diamantes.
-El mensaje de una Vanitas está
bastante claro: la muerte nos alcanza a todos por igual, sin importar la
condición. – Lo dije sin ser consciente realmente de haberlo pronunciado en voz
alta.
-Así es, pero a algunos antes que
a otros y Aro ha presionado el botón equivocado, su cuenta atrás acaba de
aumentar de velocidad.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Ahhhh Esther....ni ese final con regalos malintencionados podrían nublar la belleza de este capítulo.
ResponderEliminarEstoy segura q hoy todas hemos vuelto a enamorarnos del Puto Amo un poco más...
Qué buena química, que relajado Edward intentado anteponer todo ante ella, sin dobleses,siendo feliz y sintiéndolo de verdad...esos ojos.
Lo siento pero es que con el regalo de Bella casi me muero de risa, pequeña golfa provocadora ;). Y él por supuesto que le regalaría algo, no sería él si no fuera así...y total pufff una casa¿? después de un coche y las mil joyas era lo suyo ;). Maltido romántico.... ayyyyyy PA quién te hubiese dicho que tenías eso en tí...
El momento pre-ceremonia perfecto, la chica de lágrima fácil consiguió mantenerse firme, Muy bien Bella.
Me terminé de partir con Charlie...pobre hombre jajajaja.
La ceremonia......el vestido, las frases entre los dos...ese Mía...increíble,maravilloso,perfecto,magnífico..lo captas¿?.
Sinceramente en estos dos últimos capítulos he notado a Bella cambiar de verdad, al menos creérselo de una vez, quiero decir, sus pensamientos son infinitamente más positivos, consecuencia lógica de no existir tantos secretos por parte de él, lo puede amar de manera segura, y con ello gana confianza...que a fin de cuentas era lo que PA quería conseguir.
Las canciones....
Ahh se me olvidaba el sexo...todo él, en todo el capítulo...you my dear are a Fucking Genius....Puto Amo en su máximo explendor, arrogante, sucio, carnal....
Ahora les toca descender a la tierra y enfrentar los males, pero cm bien dices...el amor lo vence todo.
Me quedo con esto:
-No estoy seguro de ese razonamiento. Un sentimental piensa que la felicidad durará siempre, ya sabes, todo eso de "y vivieron felices" de los cuentos de hadas. – En ese momento se inclinó hasta rozar mi oreja con sus labios. – Por el contrario, un alma romántica sabe que las cosas no funcionan así, por eso se aferra con desesperación a cada escaso destello de verdadera felicidad, para hacerlo inolvidable. – Había tal fervor en sus palabras susurradas, que me hizo cerrar los ojos durante un segundo para asimilar su fuerza y significado. Se enderezó de nuevo y me miró a los ojos. – Así que quizás tengas razón, soy un romántico al que le aterra la idea de lo que pueda pasar mañana. – El tono deliberadamente ligero de estas últimas palabras y su sonrisa, no le llegaron a los ojos. Entonces le dediqué la sonrisa más dulce de la que era capaz y volví a acariciarle el pelo de la nuca.
-Mañana despertaremos juntos y volveremos a besarnos. Después de eso, ya veremos qué nos depara el día.
-No puedo imaginar un comienzo mejor.
FELICIDADES por tu cumple preciosa, sabes que te daría más de una cerveza....una tal Marilyn y una promesa hecha en un Dm...;). T quiero pero no con palabras que se dicen a la ligera, te has ganado mi cariño,mi admiración y apoya incondicional, esto lo sabes.
Saludos desde Canarias
Podrías llevar la historia mejor que esto?? Es posible? Es una de mis libros favoritos, Esther, fantástica trama, una manera de escribir sublime y la originalidad de la obra es incomparable. Saludos y gracias por actualizar... POr cierto, feliz cumpleaños, espero que lo hayas pasado maravillosamente y que nos honres con tu presencia por muchos años más. Un beso..
ResponderEliminarWow hermoso, bien ha valido la pena seguir esta historia, gracias Esther por darnos tanto en cada entrega amiga, ahora si creo que Aro se paso y por tres pueblos , ya veremos que sucede , gracias de corazon y feliz cumple de nuevo hermosa . besos y muchas cosas buenas para ti ..
ResponderEliminarUn capítulo fantástico, tierno y romántico. Nos has hecho sentir las sensaciones y la felicidad de nuestra querida pareja, con esa forma tan tuya de relatar y transmitir los estados de ánimo.
ResponderEliminarGracias, por lo mucho que nos has hecho disfrutar en este capítulo.
Un besazo ¡¡GENIO!!
Como siempre la espera a valido la pena, pues el capitulo estuvo genial de principio a fin, lastima que Aro hiciera de las suyas; me encanto la boda y lo que vino despues, jaja.
ResponderEliminarGracias por el regalo y por cierto MUCHAS FELICIDADES!!
hermoso este capitulo te extrañe besos de argentina gra actualiza pronto
ResponderEliminarUnico Increible facinandte emotivo increiblemte exitante y hermoso son pocas palabras para describir semenjate capitulo uno de los mejores de toda la historia..
ResponderEliminarFeliz Cumpleaños un capitulo digno de una fecha tan especial...!!!
muchas felicidades
simplemente SUBLIME!!!!! no hay otra manera de expresarlo .Saludos desde argentina y muy FELIZ CUMPLEAÑOS
ResponderEliminarHola por aqui.
ResponderEliminarNo sabes las ganas que tenia de ver estas imagenes, ese vestido rojo, los zapatos, el vestido de novia que es precioso, los anillos símbolo de una unión perpetua y de su amor. El vibrador jejeje, no me lo imaginaba así, en fin leyendo de nuevo por aqui viendo las imagenes o escuchando las canciones, es... distinto.
Y no puedo dejar de comentar el anillo de Aro, ese que nos muestras al final, como señal y símbolo de la amenaza que se cierne sobre ellos.
Ya te dije en FF que es un capitulo fantastico y que estaba deseando leer y que se y soy consciente de que nos esperan capis de infarto pero el amor todo lo vence.
Un beso y felicidades de nuevo.
Realmete te has superado, asi pues la espera merece la pena
ResponderEliminarlas imagenes estan muy bien buscadas,y la musica hermosa.
No puedo decir nada del argumento,perfecto, implecable con una narrativa y trama completa. Tu imaginación es un gran tesoro, espero que nos dure mucho tiempo para disfrutar como hasta ahora, Saludos, y Felicidades. Carlota
Hola guapa, lo primero de todo, Feliz Cumple, again ;D. El regalo nos lo has hecho tu a nosotras al publicar el capitulo :D
ResponderEliminarME ENCANTO EL CAPI!!!! Tenía muchiisisisisimas ganas de leer este capítulo (tengo la sensación de que siempre te digo lo mismo xDD) pero este especialmente...LA BODA!!!! OH por dios, fue absolutamente perfecto todo...el hecho de que Edward dejase a Bella carta blanca para hacer y deshacer a su antojo, sabiendo que ese día es muy especial para ella, lo tierno, juguetón, relajado, cariñoso, romántico que estuvo con ella. También enseñó un poco la nariz el Puto Amo, pero también le queremos con locura así que que se asome, que se asome!! jeje.
Es curiosa la forma en la que los dos se compenetran. Ninguno de los dos quería regalos, sin embargo los dos se han comprado regalos mutuamente. El regalo de Bella para Edward estuvo muy bien pensado...pero el otro la caló jaja. El regalo de él hacia ella.....desmesurado, como siempre, pero muy muy romántico. El otro regalito....algo mas travieso y más divertido ;DD
El día de la boda me encantó. Fue un detalle precioso por parte de Edward el llevarle a Bella a toda su familia y amigos, poder pasar con ellos todo el día hasta que llegase la ceremonia. Muy tiernos esos momentos entre chicas, entre los rulos y la manicura, las conversaciones, las risas, el champán, las lagrimillas traicioneras....Bella necesitaba eso.
La ceremonia.....buahhh, perfecta. Lo estaba leyendo y estaba sonriendo como una boba, te lo juro. Fue precioso todo, las palabras, los votos, las miradas, las sonrisas, las manos agarradas. Sólo imaginar al puto amo de smoking ya merece la pena. Y el vestido de Bella es súper bonito, muy buena elección. Hubo un momento muy gracioso cuando Charlie y Bella iban hacia el altar, con el otro diciéndole a Bella todas las posibles escapatorias, pero siempre había un segurata vigilando jaja. Este Charlie es único.
Y la noche de bodas.....uffffff. Si de por si en el sexo entre estos dos saltan chispas, ahora que son marido y mujer, mas todavía. No me extraña que al día siguiente a Bella casi la tengan que arrancar de las sabanas y que no se pueda ni mover.
Y que bien que vuelven a casa, lástima que ese día tan esperado se vea truncado por ese regalito de bodas por parte de Aro. Que tío mas perverso, espero que reciba lo que se merece. Aunque ahora estos dos están mas unidos y son más fuertes que nunca y como bien dices, ante situaciones de esta calaña, el amor todo lo vence.
Capitulo perfecto, no podría ser de otra forma.
Un besito enorme y espero que lo pasases muy bien ayer.
Vero.
Este capitulo fue perfecto, lo amé, siento como si tuviera muuucho tiempo si leerte :/.
ResponderEliminarEl vestido precioso, los anillos, los zapatos... todo, el cap fue genial.
La "caza" estuvo muy caliente :3
Sabíamos que Aro tenía que aparecer en algún momento, no tenías que recordarnoslo, mala mujer :P. Por un momento pensé que sería un collar lo que le iba a regalar.
Si da miedo el anillo, la verdad, supongo que ahora viene la guerra entre Aro y Edward :3 se viene de lo más interesante, muero por leer el próximo.
Genial capitulo ya te lo he dicho varias veces... Nos estamos leyendo ;)
Estoy absolutamente segura Esther, que este fic es, por mucho, mejor que MOTU, pero por mucho, gracias por todo tu talento
ResponderEliminarun beso
Jud
Az May
ResponderEliminarNo he terminado el capítulo. Todavía.
Esta vez me lo voy a tomar con calma.
Lo voy a saborear de a poco, a poco.
Quizás de esta manera no sea tan difícil la espera del próximo.
Soñar no cuesta nada.
Gracias.
Nota: Ya van dos veces que dejo mi Review en Fanfiction (de este capi) y no aparece. NO entiendo el porque. Y no se si sea la primera vez que sucede, normalmente no lo verifico.
Hola! Sí que me llegan, pero como lo haces sin estar registrada no puedo responderte y FF ahora tarda algunos días en publicar los comentarios. Pero sí que me llegan, miles de gracias por todos y cada uno de ellos <3
EliminarHaaay que felicidad!! :) ese anillo de calavera no lo imaginaba asi! :s
ResponderEliminarBesos. Naddia pattz
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDios!!! Se puso bueno esto ;) Pedazo de capítulo! En verdad valió la pena la espera. Esta historia es lo máximo, y la forma en que escribes y llevas la trama es genial Gracias por compartir tu talento
ResponderEliminarUn abrazo
NatCullen
ahhhh me encanto estuvo fabuloso ame cada detalle y mas que al fin el puto amo se caso ahhhhhhhh nos dejo el hombre mas sexy que hay lo adoro por ser tan tierno y detallista me encanto el cap saludos
ResponderEliminar