"Yo no soy un caballero con brillante armadura. Si alguien como yo tuviese cabida dentro del romanticismo, sería más bien el caballero oscuro, el antihéroe que va a someterte, a exigir de ti hasta el último ápice de placer y entrega que puedas proporcionarme. Querré encerrarte en mi guarida sólo para mí y una vez dentro, te enseñaré a satisfacer todos mis deseos, todas mis perversiones... Y espero que me lo agradezcas como es debido, con una sonrisa dulce y siendo complaciente."


Edward Cullen. Rendición.

martes, 16 de noviembre de 2010

Cap. 27 Las Reglas del Juego

-Me equivoqué contigo, Isabella. Eso no suele pasarme. Quise que fueses mi dulce y obediente sumisa. Ahora que te conozco bien, sé que no puedes serlo. – Sentí pánico. – Eres impulsiva, independiente, y pareces encontrar un cierto placer en el hecho de desafiarme… Pero eso me complace mucho más de lo que nunca hubiese imaginado, es toda una novedad. Te has convertido en un reto constante, una obsesión… algo que nunca creí posible que una mujer fuese para mí. –

Sentí de nuevo que me relajaba… algo… la habitación no contribuía a ello, ni el desconocimiento sobre sus intenciones, ni su actitud, ni mi postura. Sus dedos dibujaban las líneas de las clavículas y cuello, ignorando deliberadamente mis pechos en ese sujetador, que más bien parecía un expositor. Respiraba de forma entrecortada, con el corazón atronando mis oídos, y la humedad empezando a extenderse por mis muslos.

-Pero cuando estemos en mi Cuarto de Juegos, quiero que contengas esa forma de ser por mí, sólo para mostrar tu voluntad de complacerme. Aquí mi palabra es ley, tu conciencia se queda en la puerta, y tu voluntad me pertenece, así cómo tu cuerpo, para hacer con él lo que considere que me proporcionará placer, que nos proporcionará placer… Me conoces, y sabes que no te haré daño. ¿Confías en mí, Isabella? – La aludida abrió los ojos como platos y bufó enfadada. Mi zorra había encontrado una boa de plumas, y jugaba con ella.


-Esto que tú crees un burdel. – Levantó mi cara con dos dedos para mirarme a los ojos. – Será un palacio, si yo decido que quiero que seas una princesa, MI princesa... Y será un templo, si yo decido que quiero que seas una diosa, MI diosa. – Los párpados entornados, y su lengua… ¡Oh, por Dios! ¡Su lengua! Asomó entre sus dientes para acariciar sus labios de la forma más sutil y sugerente del mundo. ¡Sería lo que él quisiese!

-¿Entendido? – Asentí cerrando los párpados despacio, para volver a abrirlos de igual forma. –Mis decisiones no se cuestionan, las obedeces sin titubear, sin dudar un solo instante. Tu cuerpo me pertenece. La única excepción a esta norma, es que algo no te guste, entonces espero que me lo digas de forma abierta y sincera. Basta con que digas tu apellido, y me detendré inmediatamente. – Hablaba despacio, y su voz se colaba en mi cuerpo como chocolate caliente que me iba derritiendo por completo. – Dentro de esta habitación, siempre te dirigirás a mí de forma respetuosa, no me llamarás por mi nombre, lo harás como Señor, o Señor Cullen. –

¡¿Qué?


3 comentarios:

  1. mmmmmm increíble¿? exitante,abrumador,complejo,intrigante,sensual, muy sexual, y cm siempre espectacular todo, bella y sus descripciones que sientes k eres tu en lugar d ella, edward y su lado canalla, pervertido,frío, dominante...tan...edward dios si dios. T superas semanalmente no kiero k esto akabe nunca....gracias
    La Canaria

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  2. tengo una duda no le falta una parte al capi??? .-.
    bueno es que ya lo lei en ff y creo que es mas largo no D:
    o mi lap esta mal Dx
    igual me ha encantado el capi es tan hot!! hot !!!

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